miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS CANTOS RODADOS DE LA PLAYA DE SU ESPÍRITU de Esther Llull





Se me ha perdido un hombre.

Y lo busco por cifras y guitarras,
por rostros y entrepisos,
en el cielo,
en la tierra,
dentro de mí.

Se me ha perdido un hombre.

Y me he quedado temblando
como quien no come sino polvo,
como quien ya extravió la sombra.
 Pero no,
que no,
que no me ayuden a buscarlo.
¿A quién le importa si su mirada 
ha derrotado al tiempo?
¿A quién le importa aquella piel 
con ganas de la luz?
¿A quién le importan unos labios transparentes 
que no tuvieron hambre?
¿Unas piernas que solo corrían al amor?

Se me ha perdido un hombre..

(Carilda Oliver)



Hace años, cuando la juventud se me desbordaba por los poros de la piel y las experiencias en la vida se contaban con los dedos de una mano, años que pasaban lentamente y que mi espíritu curioso y poco dado a doblegarse ante la realidad, deseaba que el reloj corriera tras de mí pues yo era demasiado rápida para una vida que se empeñaba en ir al paso cuando en mi mundo solo cabía el galopar ¡Tantas cosas por conseguir, tanto por descubrir, tantas personas que conocer y tanto amor que sentir! ¿Qué le pasaba al tiempo que jugaba  en mi contra y se empeñaba en ralentizar mi marcha? 
Qué ingenua. O que ilusa. Incluso, ¡qué ignorante! 
Pensaba que todo era para siempre, que lo que consiguiera sería perpetuo, y cuanto antes lo hiciera antes podría disfrutar de mis logros, de mis vivencias, de mi seguridad, mi mundo inamovible: una boda, un niño, un trabajo, una casa, mi familia, mis amigos... todo iría rodado, perfectamente engranado, la maquinaria perfecta y sin fallos. La boda no pasó de ser más que una fiesta, lo
que vino después me decepcionó aunque no tanto como lo hicieron las personas que me rodearon ¡Así que esto era en realidad compartir! vaya, vaya, yo doy, otros  me piden. Los niños, crecen y te demuestran que el tiempo sí que pasa rápidamente pero en tu contra; la casa, solo son cuatro paredes que te cobijan, y a veces ni eso. Yo quería un hogar, no un montón de ladrillos; el trabajo, ni lo fijo permanece estable, otro timo y otra bula con los que nos enganchan durante cierto tiempo, haciendo que entregues todo de ti misma, una vez más, para no recibir nada o demasiado poco a cambio. Los amigos de siempre, un día dejaron de serlo, otra bula; la familia, en su mayoría, no son más que nombres y caras que compartan sangre contigo, no sentimientos. 
Y al final quedas solo tú. Y tienes dos opciones: aceptarlo y aceptarte, seguir adelante y ser feliz con lo que tienes, aunque no sea lo que querías, o negarte a ti misma que las cosas han cambiado y permaneces estática esperando que como Rueda de la Fortuna, esta gire y te traiga de nuevo lo que se fue un día. 

Craso error. De todo lo que nos sucede se aprende en la vida, y en esta, no todo dura para siempre, por suerte. Aunque esa suerte tarde mucho en mostrarse y el doble en que te des cuenta que la tienes en frente. Cuando descubres quién eres y qué quieres, ha pasado el suficiente tiempo para que los años te muestren que ningún tiempo es perdido, solo fue guardado y no recordaste dónde...



"...Y todos ríen,
se entretienen,
sudan, mastican,
se desenvainan por las noches;
despreciativos,
inefables, maromeros,
unánimes,
como si solo se hubiera caído un alfiler
o la hoja más seca 
del árbol del bien y del mal,
como si la muerte no hubiese entrado
a destiempo en nuestra casa.
Y yo pensando que era demasiado joven..."




EL LIBRO.

Varias mujeres y un hombre se enfrentan en un momento clave en sus vidas a sus decisiones, algunas han sido recientes, otras las llevan años arrastrando como una condena, pero cada paso que han dado y dan en sus vidas, ha dejado una huella que parece marcar para siempre sus caminos; las personas somos nómadas de paso en las playas de la vida, playas que marcan nuestro andar y
tras el paso de una ola, por débil que sea, los borra de la arena ¿Porqué nos empeñamos en dejar huellas si serán arrastradas por el mar llevándose los vestigios de todo recuerdo que dejamos un día allí? Solo quedan los cantos rodados que tras ser transportados una y otra vez por el agua, terminan de nuevo en la orilla, erosionados por las fuerzas de la naturaleza; guijarros suaves, redondeados, sin aristas, si alguna vez causaron daño, ahora no son más que restos de un naufragio.
Jessica, Arantxa, Mercè, Vanessa, Raquel y Javier, vidas revueltas por aguas turbulentas que ellos mismos sin pretenderlo, han removido y han acabado en el epicentro del torbellino; Tamara, Susana, Reme, Mónica,Tere, cuentan sus experiencias emocionales a modo de desahogo, buscando una respuesta para la cual no tienen una pregunta específica. 

 Hay muchas incongruencias en el amor y nadie se enamora de quien no tiene nada. El amor ofrece una renuncia a cambio de algo mayor, pero ese algo suele ser un mecanismo de autojustificación, donde justificamos el ensañamiento del amor en su víctima y donde es conveniente no arriesgar en tiempos de crisis. "En los instantes en crisis, la vida aparecía al descubierto en el mayor desamparo, hasta llegar a causarnos rubor. En ellos, yo sentía vergüenza de estar desnuda y la necesidad terrible de cubrirme con lo que fuese. Era una huida y un afán de encontrar una figura o un modelo, que finalmente lo que hacía era precipitarme en las equivocaciones más dolorosas"


Se me ha perdido un hombre.

¡Ayúdenme a buscarlo!
pronto...siento frío.
¿Dónde está?
¿Intenta ser mi sombra el desvalido?
¿Se me ha vuelto invisible 
entre gusanos?"






LA OPINIÓN DEL GATO.

No es esta una historia de amores y desamores, de ilusiones y desilusiones, de sueños y pesadillas, no lo es porque sería como reducir al absurdo la vida misma y simplificar los sentimientos a términos, como si se tratasen de lógica
proposicional en la que si P implica Q y P es verdad, Q, automáticamente también es verdad, a través de la fórmula modus ponens, algo que no admite discusión porque la lógica así lo ha determinado; pero es que el ser humano es de todo menos lógico, y si se trata de amor, de sentimientos, de emociones, de darse por entero al otro, la lógica pierde todo su sentido y la misma razón de ser. Es cuando intentamos buscar la razón de nuestro comportamiento, el porqué de nuestras decisiones, cuando ponemos en duda nuestras elecciones, buscando una excusa para no culparnos directamente del sentido que tiene nuestra vida actual, cuando descubrimos muy a nuestro pesar que las cosas han salido como tenían que salir y que hemos sido nosotros en nuestro afán por cambiarlas o por mantenerlas tal cual, los que hemos perdido el rumbo original de una etapa de nuestra vida aferrándonos a algo que era temporal, cegándonos ante las evidencia de que todo lo que empieza debe acabar, aunque la duración en ocasiones nos parezca eterna, porque no tenemos visión de temporalidad, sino de durabilidad. ¡Pobres humanos que tenemos tanta necesidad de amar y ser amados, de aferrarnos a la tierra cuando fuimos creados nómadas para poblar el mundo entero!
Esther Llull nos trae una vez más un abanico de personajes tan amplio como personas nos encontramos en la vida, protagonistas femeninas tan reales que nos parece oírlas, olerlas, sentir sus penas y gozar de sus glorias, mujeres que sufren, que aman, que se precipitan, que dudan, que piensan, que olvidan, que se aferran, que vuelan, que caen, que se levantan, que ríen y que lloran como nosotras, como yo, como tú, como todas. Muy pocos y no muchas son las que comprenden la psiqué femenina como la autora, se implican en desmadejar sus entresijos y nos la muestra pura, sin artificios, sincera, sin abalorios, sin artificios, como nos la presenta Esther Llull; no hay novela suya, hasta la fecha, que no haya conseguido adentrarse en mi alma, recorrer las cornisas de mi purgatorio y enfrentarme a los demonios y los ángeles que se esconden tras los efluvios de mi conciencia.  Con Los cantos rodados de la playa de su espíritu, sube una cornisa más y me descubre, nos descubre, que tras la incongruencia del amor, no solo se halla el mismísimo Amor, si no el espejismo que nosotros mismos creamos para no sentirnos perdidos en las arenas de unas playas sin fin. 
No puedo acabar sin decir que además de este universo femenino, Esther LLull, en esa subida a las cornisas emocionales, se encuentra, enfrenta y desnuda la menos conocida y habitualmente menos poética -no se sabe muy bien porqué- psiqué masculina. El hombre en esta novela, se ve arrastrado de igual manera que la mujer, por sus propios sentimientos, decisiones y equivocaciones, tal vez motivado por distintas razones, aunque en el fondo todos buscamos lo mismo y padecemos de la misma manera su falta, su pérdida o su distorsión: el Amor y sus satélites (comprensión, compañía, empatía...) 
Todos sabéis de mi fijación y fascinación por las portadas y es que con las novelas de Esther Llull esta obsesión mía es satisfecha al máximo, libro tras libro se establece un diálogo previo a la lectura entre la obra y yo a través de sus portadas ¡La de cosas que esa mujer pensativa, algo distraída quizás, con su maravilloso collar de perlas al cuello, paseando por el campo, me dijo sin palabras! pero tengo que recriminarle que se guardó demasiados secretos ¡Ay, si me hubiera fijado más en su mirada! lo decía todo...

Maravillosa novela que me ha llevado paseando por una playa de dunas transparentes que escondían tras ellas, los secretos que no supe o quise guardar en las profundidades de mi mar. Gracias Esther por mostrarnos el espejo que todos ocultamos tras una sábana blanca de lino sin planchar. 



LOS CANTOS RODADOS DE LA PLAYA DE SU ESPÍRITU
Esther Llull

  • ISBN-10: 1532752016
  • ISBN-13: 978-1532752018

Editor: Createspace Independent Publishing Platform


Para adquirir la novela pinchad Aquí


Imágenes: ©Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


5 comentarios:

  1. muchísimas gracias por la preciosa y magnífica reseña, por tus grandes divagaciones, por la forma en que te has adentrado para leerla. Me ha encantado!! Esther

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    1. Leerte es catártico siempre, es como si supieras como me siento y publicaras una novela para hacerme pensar y reflexionar y sobre todo, disfdrutar, en serio.
      A veces pienso que nos separaron al nacer y te llevaste la mitad de mi alma; nadie la lee como tú mi querida Esther.

      Te quiero. Un beso!!!!

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  2. Este Gato Trotero siempre tan acertado, tan minucioso, tan felino él y que tantas y tan grandes alegrías lectoras depara a sus seguidores lectores.
    ¡Enhorabuena, Yolanda, contigo se lee otro libro y mucho más hermoso si cabe!
    Felicidades, Esther, ésta lectora ha calado hondo, felinamente, en tus letras y ha vuelto a conmoverme tu precioso libro.
    Un abrazo a ambas.


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    1. ¡Me lo ponéis fácil mi querida Hada Madrina! escribís para hacerme vibrar, que os he pillado ¡MOdesto baja que sube Yolanda! jejejeje.

      Muchas gracias Vicenta, te adoro.
      Yolanda.

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  3. Esther es todo un genio creativo, nada se le resiste y es que los espíritus inquietos y curiosos como ella tienen en las artes su alter ego y su forma de expresión: escritora, pintora, cantante, compositora.
    Un abrazo a ambas.
    R.A.F

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