jueves, 28 de julio de 2016

DON QUIJOTE EN LA PATERA



Que la realidad que creemos vivir a veces no se corresponde con la realidad en que vivimos es algo que siempre ha dado para teorizar e incluso novelar. Y es que, por alguna extraña razón que no acabamos de entender, en nuestra cabeza creamos o surgen por arte de magia realidades paralelas en las que vivimos de otro modo, sentimos de manera diferente, y hasta nuestra suerte cambia respecto de la realidad que nos toca vivir.
Los llaman locos...
Sea como fuere, el dilema surge en aquellos que, sabiendo que alguien vive una vida que no es la propia sino la que tiene dentro de su cabeza, dudan entre si sacarles del error y descenderlos al frío suelo, o mantenerlos en su mundo onírico a pesar de saberlos equivocados.
¿Y si a un loco lo sacas de su comodidad y lo arrojas a transitar por caminos totalmente distintos a los que acostumbra a discurrir? ¿Y si le enfrentas a  retos nunca antes conocidos? ¿Servirá su locura para conseguir salir triunfante de todos ellos o caerá derrotado, incapaz de razonar de manera luminosa?

Llegó hasta el escenario de La Cava de Olite un espectáculo para todos los públicos con el universal Don Quijote de La Mancha y su fiel escudero Sancho Panza con la intención de redescubrir a este inolvible clásico fruto de la imaginación de Miguel de Cervantes, de cuyo fallecimiento se cumplen cuatrocientos años.
En esta ocasión, Antonio Campos, director del montaje, orquesta a los tres actores que dan vida a los personajes que aparecen en escena para sumergir a los espectadores en una nueva y disparatada aventura en la que el más famoso caballero andante y lector empedernido de novelas de caballerías tendrá que emplearse a fondo si quiere sobrevivir en un mundo hostil. Y es que Don Quijote, sin saber cómo ni por qué, aparece como un subsahariano cualquiera a bordo de un barco de papel a la deriva, que vendría a ser la patera neumática de hoy en día. ¿Dónde quedaron Rocinante y Rucio?

Don Quijote y Sancho parecen recién despertados del enorme golpe contra los molinos allá en tierras de La Mancha, pues no aciertan a encontrar la razón por la que se encuentran en medio de un mar de agua salada mediterránea y no en la vasta planicie manchega. Por lanza, Don Quijote posee una caña de pescar y con ella, se afana Sancho en tratar de capturar algún pez, más no halla otra cosa que restos de basura y una tapa de inodoro, que el hidalgo caballero utilizará, primero como ventano para ver al otro lado del mundo, y más tarde como escudo a falta del oficial.
Sucede que en uno de esos lances, los dos protagonistas escucharán el llanto de un niño procedente de ninguna parte. Cuando se aprestan a encontrar el origen, descubren una caja de madera que, de pronto, se acerca hacia ellos. Al recogerla, encuentran en su interior a un bebé negro que llora quizá de hambre, quizá de frío, quizá de su mala suerte, quizá de pena de olvido.

A partir de entonces, y tras ser atacados y engullidos por una enorme ballena que devora niños olvidados en la nada del mar, Don Quijote y Sancho Panza tendrán que enfrentarse al mago Frestón, archienemigo del enjuto caballero y que, en esta ocasión, hace negocio con los niños que caen en las tripas de la terrorífica ballena, y a quienes Don Quijote, al descubrirlos desvalidos y abandonados, no podrá sino luchar por su salvación.
Alfonso Zurro, responsable del libreto, compone una obra de teatro familiar de amplia base cómica y salpicada por un humor pícaro y burlón, pero no se olvida que lo que tiene entre manos es Teatro, y el Teatro, en tanto que fiel reflejo de la sociedad, siempre ha de servir como método eficaz y atractivo a las gentes para que duden y piensen por sí mismos.
Así, la obra se introduce con excelente factura en el problema de la contaminación de nuestras aguas y nuestros mares; en la tragedia diaria que supone que cientos de almas traten de cruzar el Mediterráneo por cualquiera de sus latitudes a pesar de los peligros infinitos dentro y fuera del agua, en tierra firme y sobre la patera; del terror mudo que inflingen las mafias al otro lado de la costa, que no dudan en hacer negocio de la extrema necesidad y del miedo de seres inocentes que sólo buscan sobrevivir; de la ironía que supone que alguien del primer mundo regatee el precio de las baratijas que le ofrece un extranjero del tercer mundo sin saber que lo que le ofrecen es todo aquello que, en un momento u otro, él no ha querido y se ha desecho de él tirándolo a la basura.

Destaca el trabajo de los tres actores sobre el escenario (sin el olvidarnos de las acertadas coreografías y canciones compuestas, que sonaban en las cabezas de los niños y éstos las repetían misteriosamente al abandonar la platea), la propia escenografía (ágil y maleable, perfectamente resuelta para encajar con el ritmo del montaje) y las proyecciones que consiguen darle un punto mágico a la historia.
Don Quijote en la patera nos plantea la incógnita de cómo el Caballero de la Triste Figura pudiera comportarse en el siglo XXI, y lo que es peor, de cómo sería aceptado por una sociedad que repele sin contemplaciones a todo aquel que merodea sus costas sin deternse a mirar quién es y qué le puede aportar, cuáles son sus problemas o preguntarse qué le ha llevado hasta allí. Así sea el más alto personaje creado en la historia de la Literatura, capaz de enseñar durante siglos a millones de personas, de hacerles pensar y reflexionar sobre la vida, el mundo la amistad, el amor... ¡Ah, qué triste final, en el mundo de hoy, no hay lugar para el Ingenio!



COMPAÑIA
Teatro Clásico de Sevilla

 DIRECCION
Antonio Campos

REPARTO
Javier Berger: Don Quijote de la Mancha
Juanfra Juárez: Sancho Panza
Javier Centeno: Relator, Salustiano, Mohamed, Sombra, Cabeza Parlante

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA
Texto: Alfonso Zurro
Producción: Juan Motilla y Noelia Diez
Diseño de escenografía: Curt Allen Wilmer (AAPEE)
Diseño de iluminación: Florencio Ortiz (AAI)
Diseño de vestuario y atrezzo: Eva Moreno
Música: Jasio Velasco
Ayudante de dirección: Pepa Delgado
Ayudante de vestuario y atrezzo: Laura Membrives
Proyecciones: Fernando Brea
Coreografía y asesoría musical: Isa Ramírez
Asesor de lucha: Juan Motilla
Realización escenografía: Mambo, TCS
Realización vestuario: Rosalía Lago
Maquillaje y peluquería: Manolo Cortés
Diseño gráfico: Manuel Cuervo
Fotografía: Luis Castilla
Equipo técnico: Tito Tenorio y Fernando Brea
Distribución y comunicación: Noelia Diez


Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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