miércoles, 27 de abril de 2016

DICHOSA CON GUALDOS TULIPANES Y VERDES COLIFLORES de Esther Llull


"Camino lentamente por la senda de acacias,
me perfuman las manos sus pétalos de nieve,
mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve
y el alma es como espuma de las aristocracias.

Genio bueno: este día conmigo te congracias,
apenas un suspiro me torna eterna y breve...
¿Voy a volar acaso ya que el alma se mueve?
En mis pies cobran alas y danzan las tres Gracias.

Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego,
dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego,
llenóseme la boca de mieles perfumadas.

Tan frescas que en la limpia madrugada de Estío
mucho temo volverme corriendo al caserío
prendidas en mis labios mariposas doradas."

(Alfonsina Storni. Tu Dulzura)






De pequeña solíamos pasar las tardes de verano en casa de mi tía Petra, y rara era la semana en la cual no hiciéramos magdalenas; nos juntábamos con mis primas y mis tías, y llenábamos la mesa de la cocina de harina, huevos, "papelitos de gaseosa", limones y cacharros, muchos cacharros. Nos ponían delantales para no mancharnos la ropa, pero era inútil, siempre terminábamos todas llenas de harina y con pegotes de masa por el pelo, y eso cuando habíamos trabajado en amor y compaña sin lanzarnos los ingredientes las unas a las otras, pues de lo contrario acabábamos todas las revoltosas en una "pila" en el corral siendo pasadas por agua pues no había quien nos pusiera la mano encima de sucias que íbamos. Pero entonces, mientras esperábamos en el patio jugando, del horno comenzaba a salir un aroma a magdalenas que lo impregnaba todo, nuestras naricillas se afilaban y empezábamos a relamernos mientras gritábamos nerviosas a mi abuela ¡El chocolate abuela, haz ya el chocolate, venga abuela, el chocolate! No recuerdo tardes tan felices como aquellas, todas juntas y cocinando, para luego degustar nuestras obras maestras en buena compañía. 
Cada vez que echo la vista atrás, no hay momento feliz en el que no haya estado en una cocina, junto a un fuego o mirando atentamente el horno mientras contaba el tiempo que faltaba para hincar el diente a lo que se cocía dentro; siempre junto a mi madre, mi abuela o mis tías en los fogones, metiendo las manos en harina o cortando verduras, removiendo calderos y catando guisos. Pero lo mejor de todo no era la comida en si, sino el momento de sentarnos todos juntos alrededor de la mesa y comer mientras charlábamos y contábamos (sobre todo yo) espectaculares y asombrosas anécdotas de una, en realidad, simple vida diaria. 
Hoy en día, nada me gusta más que cocinar para los que amo y tenerlos a mi vera en la mesa mientras comemos juntos.

La cocina es alquimia de amor.
(Maupassant)




EL LIBRO.


 
Tres países distintos, tres  culturas diferentes y sin embargo un factor común en todas ellas: la comida y las relaciones. En Ávila, Ricardo, abogado y buen gourmet, no cuenta con la misma facilidad para relacionarse con las mujeres como con la comida, con la última guarda una estrecha e íntima relación de tú a tú, sin embargo con las primeras no es capaz de pasar del "primer plato".    Kamila se siente insatisfecha consigo misma, piensa que no conocerse mejor es el obstáculo para relajarse y dar lo mejor de sí a su pareja, vive una continua búsqueda de la felicidad interior, y perdida a la espera de encontrarse al fin, viaja hasta las Islas Hébridas, origen de sus antepasados para crear su propia panadería y pastelería artesanas.
  Diotima y Georg son dos chefs daneses que ven de diferente manera la cocina, sus planteamientos de la misma nada tienen que ver, sin embargo ambos aportan al comensal experiencias culinarias únicas. Separados son dos grandes maestros, juntos, dos despiertos aprendices. 

Cocina y amor se funden en una novela en la cual las sensaciones se despiertan y los sentidos se abren a través de los pilares de la humanidad: alimentar el cuerpo y el espíritu para gozar de la bendición del corazón.


LA OPINIÓN DEL GATO.

 
Uno de los primeros libros que leí en mi vida fue  Cuentos de la becada, de Maupassant, era un libro que teníamos por casa y al cual nunca había prestado atención, pero un día, buscando alguna historia de aventuras -por aquel entonces mis favoritas- acabé fijándome en este porque la sinopsis decía algo sobre relatos jocosos y divertidos sobre gentes aldeanas. A mi me encantaban las historias que mis abuelos me contaban sobre sus paisanos, o los habitantes de pueblos cercanos y decidí comenzar a leer aquel olvidado libro de la estantería familiar. Ya por aquel entonces no era nada partidaria de la caza, y según iba leyendo algunas de aquellas historias, más me reafirmaba en mis convicciones al respecto, pero había algo en esos relatos que me gustaba y mucho, y creo que era esa visión algo grotesca y bufonesca de los aldeanos de aquel entonces; por dramática o penosa que resultara la historia, era inevitable reírse de aquellos curiosos personajes que las protagonizaban.  Pero todas ellas tenían como nexo la comida, los banquetes, la pesca, la caza, la embriaguez...y es que a las personas, sean cual sean su época y condición social, nos une un buen o un escaso llantar, o mejor dicho, las historias que surgen entorno a ellos.
  Somos lo que comemos o como diría Víctor Hugo: " La indigestión es la encargada de predicar la moral al estómago"
  Dichosa con gualdos tulipanes y verdes coliflores no es una guía gastronómica, pero si resulta una eficaz guía culinaria para todos aquellos amantes de la cocina gourmet y los viajes, pues su autora, Esther Llull, nos lleva a través de las historias cotidianas de sus protagonistas a conocer de primera mano las recetas más suculentas de tres lugares distintos: Ávila, Copenhague y Skye -en las islas Hébridas. Y lo hace de la manera más sencilla y plancentera que existe, haciéndonos partícipes junto a sus personajes de la preparación, la degustación y las sensaciones que dejan los sabores y aromas en nosotros, pero a través de ellos, los protagonistas.
  Esther narra de manera natural  y sobria, sin floritura alguna -innecesaria por otra parte- las relaciones humanas y las alimenticias, y como unas y otras se relacionan entre si; no hay nada más elemental que alimentarse y relacionarse, somos seres básicos en ambos sentidos, necesitamos comer para vivir y vivimos conectando con los demás, es nuestra esencia. Ser y comer. Comer y ser.
  Pero cuando la comida se convierte en gozo, en disfrute, en deleite, llega más allá del cuerpo y conecta con nuestra mente, cuando el simple alimento se convierte en unión de varias almas, cuando cuerpos y mentes comulgan, la comida se convierte en amor. Y al Amor le gusta demostrar su poder a través de la buena comida. 
  De nuevo, Esther Llull nos sorprende y enamora con una de sus novelas, y como suele ser habitual en ella lo hace con  modestia y maestría, con la belleza de las cosas sencillas y naturales, y es que ¿Hay algo más espontáneo que comer? ¿Más elemental que amar?



¡Nadie puede ser sensato con el estómago vacío!
(George Eliot)





DICHOSA CON GUALDOS TULIPANES 
Y VERDES COLIFLORES

Esther Llull

ISBN: 1517693934
ISBN-13:978-1517693934

Colecciones Literarias Esther Llull©

Para adquirir el libro, pinchad Aquí

Fotografías: ©Yolanda T. Villar


Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

miércoles, 20 de abril de 2016

EL PODER DE LA SOMBRA de María José Moreno





"El demonio se agita a mi lado sin cesar;
flota a mi alrededor cual aire impalpable;
lo respiro, siento cómo quema mi pulmón
y lo llena de un deseo eterno y culpable.


A veces toma, conocedor de mi amor al arte,
la forma de la más seductora mujer,
y bajo especiales pretextos hipócritas
acostumbra mi gusto a nefandos placeres.


Así me conduce, lejos de la mirada de Dios,
jadeante y destrozado de fatiga, al centro
de las llanuras del hastío, profundas y desiertas,


y lanza a mis ojos, llenos de confusión,
sucias vestiduras, heridas abiertas,
¡y el aderezo sangriento de la destrucción!"

(La Destrucción. Baudelaire.)




Decía Lovecraft que todas sus historias se basaban en la premisa fundamental de que las leyes, intereses y emociones comunes de los seres humanos no tienen validez ni significación en la amplitud del cosmos. Uno debe olvidar que cosas como la vida orgánica, el amor y el odio, y todos los demás atributos locales de una insignificante y efímera raza llamada humanidad, existen en absoluto. El Mal no existe, sentenció. 
Que sea una gran lectura de sus obras no significa que siga a pies juntillas y crea ciegamente en su palabra, pues según Milgram y su famoso experimento - conocido por el mismo nombre que el del psicólogo estadounidense en los años sesenta- cualquier persona puede formar parte de un terrible proceso destructivo solo con obedecer órdenes a sabiendas que esta actuando incorrectamente; vamos, que el Mal está dentro nuestro, solo hay que activarlo. Y es que si el Bien no necesita explicación alguna porque es inherente a la persona (aquí sin duda entra en acción la herencia judeocristiana que pesa sobre nosotros, para "bien" o para "mal") y esta busca y anhela ese Bien como parte intrínseca al ser humano, convirtiéndose en el estado natural del mismo, el Mal -anomalía del Ser- no solo necesita explicación sino, dado el caso, justificación, aunque no impunidad ya sea la anterior de "causa mayor". 
El que la hace, la paga. Solo así podemos vivir en sociedad, alejando el mal de nuestra vida y atajando de raíz la dichosa anomalía que surge en el ser humano; porque cuando ignoramos que existe el Bien, el mal como concepto se convierte en el Mal, con mayúsculas, una entidad viva, consciente, poderosa e inmortal; mueren las personas, pero el Mal no cesa. Tal vez esta sentencia sea demasiado terrorífica o novelesca, pero no se puede negar que cuando nos encontramos con él no solo somos capaces de reconocerlo, si no que nos asusta, remueve nuestras conciencias, nuestra moral, nuestra inteligencia, y que por ser algo tan "monstruoso" (contrario a "humano") rechazamos como seres "bondadosos" que somos.


Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.




EL LIBRO.

La psicoterapeuta Mercedes Lozano acepta el encargo de un reputado abogado y estimado amigo, Enrique Castilla, para penetrar en la perturbada y sufrida mente de Rosa María Luque, acusada del asesinato de dos hombres, hechos de los que no guarda ningún recuerdo. Hace tan solo un año, Mercedes tuvo que enfrentarse a un complicado caso con un terrible desenlace al cual se sumó una dolorosa ruptura con su pareja, Miguel Vergara, ahora, casi totalmente recuperada, ha de sumergirse de nuevo en la complejidad de la mente humana y rebuscar entre las miserias de una familia acomodada que no se lo va a poner nada fácil.
De nuevo junto a Miguel y con la ayuda de Enrique Castilla, Mercedes Lozano se verá envuelta en un mundo oscuro cuyas sombras comenzaron a perfilarse muchos años atrás y hoy amenazan con devorarlo todo a su paso.

El poder de la sombra, una novela negra en la que más que nunca, la oscuridad y la sombra amenazan con cubrirlo todo, pues el Mal no solo es cosa del Averno, se esconde en cada uno de nosotros buscando su momento para salir a la luz.

Tú no ves lo que eres...sino su sombra.



LA OPINIÓN DEL GATO.

Cuando era adolescente asistimos a la proyección de Equus. Se trata de un joven rígidamente educado por su madre en el temor a Cristo y más tarde alejado de él por un padre nada temeroso de la ira divina y que cambia sus imágenes religiosas por una escena de caza a caballo; el chaval no deja de rezar al cuadro tal y como hacía con la imagen de Cristo, para él nada había cambiado, un ser superior requería de su devoción y entrega. En su nueva religión se sentía feliz, pues por primera vez podía sentirse unido a su dios, pues al montar a caballo era como si hicieran el amor entre sus piernas. Evidentemente el joven acaba en la consulta de un psiquiatra. Al finalizar la película, la profesora nos preguntó si había algo malo en la conducta del chaval y qué creíamos que era, o de lo contrario si nos identificábamos con él. Dijimos que estaba loco, que había perdido la razón por completo, que así no podía vivir en sociedad y que la culpa era del psiquiatra que no había hecho bien su trabajo...uno de mis compañeros, tripetidor, de larga melena y corta lengua dijo: Deberían haber castrado a tiempo a esos padres.

No se porqué pero cuando comencé a leer la novela de María José Moreno pensé en esa película y en Jaume Serra, mi melenudo compañero. Aquella frase suya se me quedó muy grabada en mi mente, tanto que años después, tras estudiar Educación Infantil y trabajar por primera vez con niños, cada vez que el comportamiento de alguno de ellos se escapaba de lo comprensible y alguien acababa denominándoles "raritos", yo recordaba la película y la sentencia de aquel alumno; rara vez me equivoqué, tras todo comportamiento inusual, estaba la acción paterna. Claro, que nunca tuve que enfrentarme con ninguna situación "maléfica" y todo comportamiento extraño o disfuncional pudo ser solucionado con trabajo, colaboración e interés...que yo sepa. Eran solo unos niños, pero ¿Y si hice algo mal, sino supe ver más allá y ahora, de adultos, alguno de ellos no pudo superarlo? Siempre los adultos creando más adultos ¿De verdad sabemos hacerlo?.
Lo que más me atrajo de El poder de la sombra, es la aparente facilidad con la que la mente bloquea aquello que la daña, cómo creamos barreras y resortes tras los cuales encerramos o liberamos los recuerdos; de igual manera que encerramos en lo más profundo lo que nos hace daño, se acciona el botón para que la acorazada y pesada puerta que alberga nuestra caja de Pandora, se abra y poco a poco vaya dejando escapar lo que tanto y tanto nos ha costado retener y esconder. Bueno, he de ser sincera, o mejor dicho, concreta. Lo que me ha atraído ha sido la manera en la que la autora nos lo cuenta, cómo ha sido capaz de crear un thriller psicológico de tal envergadura que logra meternos poco a poco y hasta el mismo centro del problema, poniéndonos y exponiéndonos pruebas y descubrimientos como si estuviéramos formando parte física de la trama; imposible no sentir en nuestra piel lo que se nos va revelando según avanzamos en la historia, en mi caso, he de decir que más de una vez me levanté del sillón nerviosa con el libro en las manos, leyendo a la par que daba vueltas por el salón y de nuevo me volvía a sentar. 
Pero claro, es que no estamos solo ante la segunda parte de una trilogía, lo que hace que la autora -en este caso- haya logrado dar un paso más hacia adelante respecto a su novela anterior, un progreso no solo en la forma, sino en el fondo; María José Moreno, ha evolucionado en el tratamiento de las emociones de los personajes, y esta segunda novela se convierte en un despliegue narrativo de diálogos trepidantes y sin titubeos, no hay palabras de más, de sobra, hay acción, acción, acción. Y es que como decía unas líneas más arriba, no se trata solo de haber perfeccionado su condición literaria, es que la autora da todo de si como profesional de la psiquiatría y nos adentra en los oscuros recovecos de la mente humana como el que anda por su casa, de manera natural, sencilla y clara. 

El poder de la sombra es una novela negra con una carga emocional y psicológica brutal, vertiginosa, turbadora, como solo una mujer sabe escribir; no se me alarmen los varones escritores ni se me tache de machista, pero hay que reconocer las cosas como son. Una mujer tiene una emotividad y una perceptibilidad especiales para adentrarse en los laberintos de la mente, creo que es la empatía la que principalmente juega a nuestro favor, confiriendo a la escritora de novela negra un punto de vista que va más allá de lo que se ve, se siente o se supone: lo que se exhala de un personaje. 

Tras La caricia de Tánatos y El poder de la sombra, este año septiembre está tardando demasiado en llegar, ya somos muchos los que estamos deseando leer La Fuerza de Eros; aunque saber que pronto estará completa La Trilogía del Mal, me hace sentirme en una montaña rusa emocional...¿Y después qué va a ser de nosotros, los Maléficos?



                                ¿El Mal no existe, estimado Lovecraft?



EL PODER DE LA SOMBRA
María José Moreno

ISBN: 978-84-16508-38-5



Para adquirir el libro, pinchad Aquí




Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS





miércoles, 13 de abril de 2016

EL CRIMEN DE LA CRUZ BLANCA de Antonio J. Pinto



"Porque te veo andando entre zarzales
por todos los caminos rezagada
con una cruz al cuello y otra al hombro,
durmiendo en las cunetas de la gloria
para soñar perdidas carabelas 
con ojos anegados de ceniza"

(Ángela Figueroa)



Cuando hablamos de Historia de España, la mayor parte de las veces pienso que en realidad deberíamos hablar de Historia de los españoles, pues no solo se compone esta, la Historia, de la vida y hazañas de reyes y héroes, de grandes guerras y gloriosas conquistas; la Historia, la nuestra, también la hacen el campo y el trabajo, las ciudades y ciudadanos, los viajes, la burocracia, las leyes, los libros y sobre todo la vida de aquellos que sufrieron dolor, hambre, enfermedades, esclavitud, abusos, explotación, ¿no es el pueblo llano el que sufre o se ve recompensado por los logros y hazañas? ¿No es este el que con sus manos, su trabajo, su sudor y su sangre hacen posibles que se sustenten los grandes viajes y se construyan magníficos palacios y barcos? 
Sin lugar a duda la Historia no existiría de no ser por las pequeñas historias que juntas conforman nuestra memoria como pueblo, como familia nacida en un mismo espacio; algo que per se sería sinónimo de unión y cuyos miembros no dudarían en defenderse juntos de un extraño que perturbase dicha unión. País este el nuestro, antaño codiciado e invadido y que sin embargo en otro tiempo convivió pacíficamente entre sus diferentes lenguas, costumbres y religiones. Pero la familia rompió dichos vínculos, la tolerancia ya no tenía lugar en un país en el que las diferencias pronto acabaron con las semejanzas que un día nos unieron, el extraño, el enemigo ya no estaba fuera de nuestro núcleo familiar, el contrario ahora era el vecino, el primo, el hermano. 
Y matarnos entre nosotros, nuestra seña de identidad como pueblo. Hablar de Guerra Civil española es generalizar demasiado, pues no ha habido una sola, es que nos cuesta reconocernos a nosotros mismos en Caín y Abel, sin querer aceptar que cualquiera que seamos de los dos indica una misma cosa: Sangre...


Yo no canto la historia que bosteza en los libros,
ni la gloria que arrastran las sombras de la muerte.
¡España está en nosotros...!



EL LIBRO.

Corre el año 1834. Fernando VII ha muerto, y moribundo y herido de muerte, junto a él, el Absolutismo que marcó su reinado; ahora su viuda, la Regente María Cristina vela e intenta consolidar el trono de su hija, la niña Isabel II de apenas un año de edad. Ardua tarea la de la Regente que con el Liberalismo como estandarte, debe enfrentarse a las intrigas y pretensiones de los partidarios del Pretendiente al trono, el tío de la reina niña, el Infante don Carlos. Tiempos convulsos que mantienen enfrentados a los españoles de la época, partidarios de una y de otro, años duros e inestables política, social y economicamente hablando; en las Vascongadas el Pretendiente se hace fuerte y en el sur, en Antequera, un lugar alejado y aparentemente distante en cuanto a ideas se refiere -pero geográficamente valioso para ambas partes enfrentadas-no solo tendrá que hacer frente a los cambios que se producen en la Corte, sino enfrentarse a un terrible asesino en serie que pone en jaque a la autoridad del lugar y cuyo fin no parece ser otro que el de atajar a los demonios liberales que defienden el nuevo orden político. 
El inspector Antonio Castillo y el comandante Casasola, bajo la mirada atenta del conde de la Camorra, investigarán los macabros sucesos sin dejar de lado la guerra que amenaza con perturbar la aparente paz de un país aún en luto; al mismo tiempo, un anciano adinerado, Vicente Robledo Castilla deja patente en su diario los hilos de una historia personal, aparentemente ajena pero que conecta directamente con los macabros asesinatos y el devenir histórico español del reinado isabelino. 


LA OPINIÓN DEL GATO.

Qué difícil se me está haciendo comenzar esta reseña. Creo que lo que realmente ocurre es que me ha costado mucho ordenar mis ideas, que junto a los datos históricos de la novela y la trama de la misma, me han tenido descolocada durante gran parte de la lectura; la curiosidad, la ansiedad y el burdo conocimiento de esta etapa histórica de nuestro país me ha causado sentimientos y emociones enfrentadas. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando leí la sinopsis, fueron las palabras de un catedrático de historia que insistió mucho en que nos quedara claro que Guerra Civil no había habido una sola en España, la que conocemos como tal en realidad debería llamarse Guerra Civil de 1936, ya que retrocediendo en el tiempo, los españoles habíamos sido muy dados a matarnos los unos a los otros, y esa manía nuestra, al igual que el resto de la Historia, es algo que ocurría cíclicamente. Y es que nuestro ilustre profesor nos recordaba por activa y por pasiva que no solo no conocer la historia nos lleva a repetirla, también nos condenaba a ello no aprender de lo vivido. Las guerras carlistas estaban en su lista de guerras civiles españolas, y tengo que reconocer que a pesar de su insistencia y buen hacer, ese periodo histórico nuestro no atrapó demasiado mi atención, pues a parte de saber que a la muerte del absolutista Fernando VII, su viuda la Regente María Cristina velaba por los intereses de su hija Isabel II, a la cual, su propio tío, el Infante don Carlos pretendía arrebatarle el trono, poco más recordaba que unos cuantos nombres y datos: Martínez de la Rosa -ya sabéis, Rosita la pastelera- Mendizábal, Zumalacárregui, Istúriz, Gómez, Cabrera, Espartero...
Pero entonces comienzo a leer la novela de Antonio J. Pinto y me encuentro por una parte con el diario de un anciano ambicioso y manipulador que se arrima al sol que más calienta sin dejar de arrimar el ascua a su sardina; luego aparecen crónicas y noticias de la situación socio-política del momento y los decretos y notificaciones reales sobre la configuración del nuevo gobierno. Notificaciones continuas porque la estabilidad política brilla por su ausencia, los sillones del Congreso se ocupan y vacían como si se tratase del juego de la silla ¡Vaya! pues parece que lo de que la historia es cíclica es una verdad como un templo ¿Qué diferencia hay entre 1834 y 2016? 

-Esto se pone interesante -me dije.


Pero lo verdaderamente interesante todavía estaba por venir, aunque no tardó mucho el autor en darnos esa recompensa que todo lector curioso y amante de emociones fuerte quiere, un asesinato; para ser exactos, un macabro asesinato, digno de la mente más retorcida y sádica que podamos imaginar. Esto me encantó del autor, la facilidad para darnos una golosina en el momento preciso, cuando la parte histórica y el baile de nombres comenzaba a hacerse algo aburrido ¡zas! un escalofrío nos recorre la espalda en el momento en que sin escatimar detalles, de forma elegante y pormenorizada nos muestra el cuerpo del delito. Es desde ese momento preciso, cuando Antonio J. Pinto no solo cuenta con toda mi atención, si no que empieza a despertar en mi una admiración aún en pañales hacia su forma de escribir y contarnos la historia, las historias, para ser exactos; es muy difícil escribir una buena novela negra, mucho, y es también de una gran complejidad escribir una buena novela histórica sin que el lector se quede frito o absorto tras el vuelo de una mosca a las primeras de cambio. Si, muy difícil. Y combinar ambas y darles a cada una el tiempo apropiado para que no cansen ni por largas ni por monótonas, hilarlas de manera que no se noten las costuras que las unen y que ambas fluyan cada uno por su lado convergiendo en el punto exacto ¡Eso es un manejo absoluto de la escritura! 
Pinto es un historiador muy poco al uso. Maneja con precisión milimétrica los datos y hechos históricos, sabiendo además como hacerlos llegar al lector sin que este llegue a darse cuenta de que está recibiendo una clase magistral de Historia, porque maneja la novela con tal destreza que da vida a personajes ficticios de la misma manera que dramatiza a los personajes reales, creando entre unos y otros un elenco profesional digno de la mejor producción cinematográfica; ya he dicho antes que mis conocimientos sobre el trienio liberal eran más bien vagos, así que tuve que leer atentamente al final de la novela, la nota del autor sobre la historia y sus personajes, para poder saber cual de ellos era real y cual ficticio. 
El autor antequerano logra una conjunción perfecta entre Historia (para no amantes de la misma, habrá momentos algo confusos tras una retahíla de nombres, necesarios por otra parte para darnos una visión completa del momento histórico) historias y trama, ofreciendo al lector un manual sobre la vida y hechos de tan agitado trienio, un relato oscuro y macabro nacido de la ambición de unos y sumisión de otros, "un google maps" de la ciudad de Antequera en la primera mitad del siglo XIX y unos personajes que se pueden tocar, oler, sentir ¿Qué más se puede pedir? Un buen final, y es que una novela puede ser fabulosa en su desarrollo y decepcionar al lector con un final flojo, rápido, inconsistente, indigno. Y Pinto lo borda. Notará el lector que su emoción irá "in crescendo" pues se encontrará que cuando creerá llegar al final, le esperará una sorpresa más. 
Ya solo queda entonces decirle al autor que como no hay dos sin tres, y tras Un trienio en la sombra y El crimen de la cruz blanca, esperamos una tercera entrega, eso si, con Antonio Castillo de nuevo en acción, que tengo que confesar que esta lectora se ha quedado prendada del Inspector. Pero esta vez, sin Milagros, que los celos me consumen, y es que para "Fresca", ya estoy yo. 


Y si tuviera que resumir en una sola frase lo que la novela me ha transmitido sería esta: Ni quito ni pongo Rey, pero ayudo a mi Señor.




"España, España, España.
Dos mil años de historia no acabaron de hacerte."

(Eugenio de Nora)



EL CRIMEN DE LA CRUZ BLANCA
Antonio J. Pinto


ISBN: 978-84-9126-104-9

Adquirir la novela en papel Aquí y en formato digital, Aquí



Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS



viernes, 8 de abril de 2016

NOVEDADES ABRIL EN LA EDITORIAL CÍRCULO ROJO

¡Qué ganas teníamos de tener las novedades de Editorial Círculo Rojo en nuestras manos! La cuestión es ¿Podrás elegir un solo libro este mes? siento deciros que Círculo Rojo nos lo ha puesto una vez más muy difícil...la lista de elegidos será larga. 

¡¡Disfrutad Gatroteros!!